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EVALUACIÓN Y TERAPIA PSICOLÓGICA DE DEPRESIÓN y DUELO


 

¿Qué es la depresión?
 

​La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La depresión clínica o trastorno depresivo mayor es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.

Esta interferencia produce un deterioro severo en la vida de la persona y conlleva un gran sufrimiento psicológico, ya que bloquea o hace muy difícil el rendimiento en las tareas de la vida cotidiana, pudiendo producir un grave deterioro en la vida social, laboral o en otras áreas importantes de la actividad normal de la persona.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
 

Los síntomas más frecuentes de la depresión son los siguientes:
 

  • sentimiento persistente de tristeza o “vacío”

  • sensación de pesimismo o desesperanza ante la situación actual y futura

  • irritabilidad, frustración, intranquilidad y/o ansiedad

  • sentimiento de culpabilidad, inutilidad o impotencia

  • pérdida de interés en las actividades y pasatiempos

  • sensación de pérdida de placer realizando actividades y pasatiempos reforzantes

  • fatiga, disminución de energía o enlentecimiento motor

  • dificultad para concentrarte, memorizar, recordar o tomar decisiones

  • dificultad en dormir, bien porque no puedes o porque duermes demasiado

  • cambio en el apetito y/o en el peso corporal

  • somatizaciones tales como dolores musculares o problemas digestivos sin causa física aparente.

  • ideación suicida o pensamientos sobre la muerte.

¿Qué es un duelo?
 

Respecto al duelo y primer impacto, en ocasiones se desconoce que el duelo es un proceso de adaptación emocional que puede tomar desde meses hasta un año y sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc).

¿Qué tipos de duelo hay?
 

​Llamaríamos duelo adaptativo a todo proceso psicológico consecutivo a una pérdida que termina con la aceptación de la nueva realidad acaecida fruto del fallecimiento de esa persona o de la pérdida de ese recurso material. Esta adaptación a la nueva realidad no tiene un tiempo determinado y de forma natural se progresa hacia esa recolocación de la persona fallecida o recurso perdido en la memoria del superviviente, dejando esta de entorpecer el funcionamiento diario del superviviente.

Por ende, es un duelo complicado todo proceso psicológico consecutivo a una pérdida que suponga un enfrascamiento en el duelo y en el que se dé un anhelo persistente y severo, una dificultad para aceptar la pérdida, sentimiento de vacío o de haber perdido una parte de sí misma, enfado, culpabilidad y dificultad a nivel del funcionamiento cotidiano, independientemente de que se trate del fallecimiento de una persona o de una pérdida de un bien material.

Si bien las emociones como consecuencia de la pérdida son naturales y bienvenidas, sean cuales fueren, a diferencia del proceso de duelo adaptativo en el que la intensidad de las emociones fluctúa con el tiempo (generalmente de más intensas a menos intensas), en el proceso de duelo complicado estas reacciones emocionales serán intensas y duraderas.

De manera similar, las cogniciones que aparecen como consecuencia de la pérdida son naturales e irremediables pero, a diferencia del proceso de duelo adaptativo en el que los recuerdos del fallecido se entrelazan con vivencias actuales a medida que va elaborando su proceso, en el proceso de duelo complicado la persona superviviente está permanentemente rememorando al fallecido. Estas reacciones recogidas son distintas en cada persona, siendo las presentes las más habituales pero no las únicas que podemos experimentar.

¿Cuáles son los factores de riesgo en un duelo?
 

En referencia a los factores de riesgo del duelo complicado en fallecimientos, uno de ellos es la forma en la que la persona ha fallecido (NASH- natural, accidente, suicidio y homicidio), siendo más probable que el duelo sea complicado siguiendo el orden del acrónimo. Otros factores de riesgo son el vínculo (económico, social y afectivo) con la persona y la ausencia de otro tejido social, la manera en que se lleva a cabo la comunicación del fallecimiento o, incluso, que pueda o no ver el cuerpo de la persona fallecida.

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Cuando nos encontramos ante una pérdida, echamos mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar el dolor que esta pérdida conlleva. No obstante, si no sabes cómo, se te acompañará en el proceso de aceptación de tal pérdida y se te guiará para que puedas acompañar a otras personas.

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¿Cuál es el mejor tratamiento para la depresión?
 

El tratamiento recomendado en primera instancia es el de terapia psicológica aunque ello no significa que no pudiera haber quien recurra a psicofármacos tales como antidepresivos para "salir de la depresión". En este caso, el consumo de estos debe estar pautado, ser limitado en el tiempo, y acompañarse siempre de terapia psicológica (con psicólogos/as o psiquiatras) para que sea efectivo ya que ​los antidepresivos, contrariamente a lo que su nombre indica, no eliminan la depresión.

La terapia probada como más efectiva dentro de las orientaciones de psicología es la terapia cognitivo-conductual, la cual mediante el diálogo y el aprendizaje de técnicas específicas permitirá que puedas comprender y cambiar tu manera de visualizar tu entorno.

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