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  • GUSTAVO TORRES FERNÁNDEZ

COVID 19 e inmunidad: El valor del dolor

Estas palabras las hemos oído hasta la saciedad desde el mes de Marzo de 2019 hasta el punto en que ya "somos inmunes" a las noticias del COVID 19 (que no al dichoso virus). ¿Y cuáles son las consecuencias?


Al principio nos alarmábamos con el número de personas fallecidas e infectadas y tratábamos de hacer lo posible por evitar contactos; ahora, con una "normalización" del COVID 19 viene una bajada de atención/alarma y ello va aparejada a una relajación en las conductas de prevención que la población está/estaba llevando a cabo.


A ello hay que sumarle la creciente vacunación y los comentarios de "inmunidad de rebaño" por parte de los medios, dando lugar a la falsa sensación de seguridad por haber recibido la primera dosis de una vacuna (que no evita que te contagies, sino que palía los efectos negativos del COVID una vez te hayas contagiado) e incrementando esa falsa sensación de seguridad al saber que la gente que te rodea está vacunada.


covid19 emoticono mascarilla psicólogo

Esto no es nuevo. Con las imágenes en directo de guerras que nos han colado en la televisión o con las noticias de violencia de género ha sucedido lo mismo.


Al principio nos impactaba que saliera una ciudad devastada, gente huyendo y embarcando en pateras rumbo a Europa, o familiares de una mujer llorando por su muerte a manos de su pareja o expareja; ahora, cuasi instantáneamente y sin inmutarnos puede pasar por nuestra cabeza un "otra (guerra/cuidad/patera/mujer) más" como si dejasen de ser personas y pasaran a ser meros números. Como si pensásemos "Eso no me puede pasar a mi" o "Eso no ocurre aquí".


Ahora somos inmunes. Sí, pero al dolor ajeno. Inmunes hasta que de pronto nos toca de cerca. Los atentados de Madrid en 2004, París en 2015, Bruselas 2016 o Barcelona en 2017 fueron un sopapo de realidad y nos mostraron que podemos experimentar terror, tristeza y miedo estando aquí. Eso que veíamos tan lejano puede darse aquí. En esos momentos dejamos de ser inmunes.


Lo mismo ha pasado a quienes tristemente han vivido la violencia de género y el fatal desenlace del asesinato o desaparición de su familiar de cerca, experimentando ese guantazo de realidad, de una realidad más cercana de lo que asumían y para la cual no eran inmunes. No lo somos. Ese pensamiento de que no les puede pasar o no puede ocurrirles en su ciudad o país se ve sumido en una nube de incredulidad cual ciudad engullida por una tormenta de arena.

tormenta arena desastre

Y tras la tormenta, cuando se deposita toda esa arena en la ciudad, se ve los estragos que ha causado. El duelo por partida doble: porque sus expectativas han sido arrasadas y porque han perdido a un ser querido a consecuencia de ese suceso.


Lo mismo pasará cuando bajemos la guardia, nos confiemos a esa sensación de seguridad, y alguien cerca fallezca por COVID 19. Eso que veíamos tan lejano y que eran meros números del telediario a los cuales ya ni prestamos atención cobrará un valor distinto y único.


Esa tormenta de arena arrasará y, al depositarse, nos mostrará sus consecuencias con todo su dolor. Entonces, dejaremos de ser inmunes porque el dolor ya no es ajeno, sino que es el nuestro... De pronto nos tocará de cerca y ese dolor, a diferencia de nuestra nariz y boca tras una mascarilla, no se puede esconder.




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